Sus tallos son finos y crecen con rapidez dando paso a nuevas hojas triobuladas de color verde brillante. Puntualmente aparecen los zarcillos, que son unas hojas modificadas que la planta utiliza para trepar sobre cualquier soporte.
Gracias a este porte delicado, pero seguro, podemos cultivar el ciso en un cesto colgante o en un tiesto donde previamente hayamos colocado una estructura. En poco tiempo cubrirá la estructura y creará un volumen denso de hojas verdes que aportarán frescor y elegancia. El mayor enemigo del ciso es el exceso de agua, que provocará la caída masiva de las hojas maduras.